Emprender con un negocio se ha convertido en una ambición en el mundo moderno, esto debido a que es una fuente de ingresos propia, el emprendedor se convierte en un empresario independiente que explota el negocio acreditado en la zona, acrecentando las inversiones y gestionando la organización.
Comenzar a franquiciar permite que el negocio se expanda, ofrezca calidad a los usuarios debido a que hay una serie de reglas que permiten tener una alineación entre todos los negocios que se encuentren bajo la marca, pero es necesario que para el éxito de esta se establezca un reglamento.
El perfil de un franquiciatario es el de un emprendedor con una total entrega a su proyecto empresarial, que pone una gran pasión en todo aquello a lo que se dedica; una persona que está acostumbrada a trabajar en equipo, con una gran capacidad de liderazgo y que está dispuesto a seguir sus reglas.
No todas las empresas pueden ser franquiciadas. La falta de profesionalismo hace que las franquicias fracasen.
Establecer un concepto de negocio que aporte novedades y valores que los diferencien, sea e producto o servicio, ayuda a que trascienda. Es totalmente necesario que se posea experiencia en el sector, que se haya probado con éxito.
El sistema de franquicia puede resultar interesante siempre que esté desarrollado con profesionalismo, para ello el franquiciatario debe comprometerse a reforzar constantemente la imagen de la cadena, actualizar periódicamente el concepto de negocio, controlar la calidad de los productos y/o servicios. Seleccionar a las personas adecuadas; en definitiva, es garantizar la buena marcha y el éxito del negocio.