En los últimos años, México ha tomado protagonismo como uno de los países más importantes dentro del emprendimiento en América Latina, encontrándose en el puesto número 75 en este 2018, lo cual está generando un gran impacto en el país.
En un estudio se ha comprobado que el 33% de los emprendedores tienen entre 25 y 34 años, y 3 de cada 10, comenzaron por necesidad. El 89% arrancaron con dinero propio o de familia mientras que el 3% recibieron una inversión formal. En pocas palabras, México se encuentra en categoría local en el tercer puesto de los países emprendedores en América Latina.
El panorama para el emprendimiento cada vez luce más prometedor, pues en el estudio anual de GEDI, Global Entrepreneurship Development Institute, o en español, el Instituto Global de Emprendurismo y Desarrollo; refleja las métricas que llevan a un país a entrar en el ranking que lo define como un potencial emprendedor.
Las métricas califican el capital humano, el proceso de innovación, el aporte cultural, networking, el sector en tecnología, la competición, entre otras, lo que ayuda a motivar cada vez más a emprender un negocio propio.
Actualmente, las franquicias son una de las opciones más planteadas a la hora de la creación empresarial debido a que el modelo de negocio ha aumentado su demanda. Las franquicias permiten la creación de un negocio de una forma sencilla y con alta probabilidad de éxito, ya que el 80% de ellas logran sobrevivir tras 5 años de actividad corporativa.
El franquiciar en tiempo de emprendedores trae grandes beneficios porque es una relación en la que ambas partes ganan, pues hay un crecimiento mutuo por parte del franquiciador y franquiciante.
Convertir un negocio en una franquicia tiene grandes beneficios, como mayor agilidad y rapidez de expansión, además de que el nombre comercial o la marca se fortalece, expandiéndose a otros territorios donde ganará mayor reconocimiento y será más fácil de ubicar entre los consumidores, hay mayor facilidad y eficiencia en el sistema operativo, los procesos se hacen cada vez más estandarizados y ayuda a reducir los tiempos y aumentar la productividad.
Franquiciar en tiempo de emprendedores trae un crecimiento natural para la empresa, para el emprendedor y para el franquiciante pues la innovación, la competencia y la calidad humana tienen un efecto positivo en el emprendurismo.